10 de junio de 2018

Los cuatro pasos para recibir ayuda celestial


1- Pedir: La ley del libre albedrío dice que los ángeles no pueden intervenir en nuestras vidas sin nuestro consentimiento expreso. La única excepción a esta regla es cuando estamos en una situación de riesgo de muerte, antes de que se manifieste el momento de dejar este mundo. En todos los otros casos, debemos pedir la ayuda de los ángeles.

2- Entregar el problema: Antes de que Dios y los ángeles puedan sanar nuestra situación, nosotros debemos entregarla por completo a ellos. Muy a menudo pedimos ayuda al cielo, pero nos aferramos a la situación, bloqueando así la habilidad de intervenir de los ángeles.

3- Confiar en Dios: No es necesario entregarle a Dios y a los ángeles un libreto en donde especifiquemos los pasos que deseamos que lleven a cabo para resolver nuestra situación. Más bien, debemos confiar en su infinita sabiduría y creatividad, para que encuentren una solución mucho mejor que la que nuestras mentes humanas puedan imaginar.

4- Seguir las instrucciones de Dios: Después de entregarle nuestro problema a Dios y a los ángeles, es posible que ellos pidan que realicemos algunos pasos humanos para resolver la situación. Estas directrices nos llegarán como una voz, o como un gesto, visión, certeza o intuición.

Cuando no estemos seguros de la fuente de estos mensajes, le podemos pedir a Dios una confirmación. Dios y los ángeles siempre nos darán su amor y sus mensajes de apoyo. Por consiguiente, después de que les hayamos pedido ayuda a los ángeles, estemos atentos a los mensajes divinos que nos dirigirán para la resolución de nuestros problemas.

Estas directrices son las respuestas a nuestras plegarias y es entonces cuando debemos de tomar acción. Algunas veces, estas directrices se basarán en acciones a tomar, y los ángeles le pedirán, por ejemplo, que vayamos a un lugar o que llamemos a cierta persona.

En otras ocasiones, las directrices envuelven nuestra mente y nuestro corazón,como en el caso en que los ángeles nos pidan que nos perdonemos a nosotros mismos o que perdonemos a alguien más.

No importa lo que digan los mensajes, lo importante es que sepamos que esos mensajes vienen de la fuente de todas las sanaciones y soluciones. Al seguir las directrices, nuestra situación se sanará por completo.

No existe una situación demasiado grande o demasiado pequeña para los ángeles. Ya sea que deseemos encontrar un lugar para estacionar nuestro vehículo, dinero para pagar nuestras cuentas, o mejorar nuestra salud, los ángeles siempre estarán felices de ayudarnos. ¡Su recompensa más grande es nuestra felicidad!