15 de julio de 2018

Cómo usar los miedos a tu favor


Necesitamos ser independientes, hacernos cargo de nuestra propia economía y de nuestra propia vida de forma poderosa.
El miedo es controlador.
Si estás asustado, dependerás siempre de otras personas. De tus amigos, de tu pareja, de tu padre, de tu madre, de tus hermanos, etc.
No hay razón para ser miedoso y no vivir una vida dinámica. Deshagámonos de los miedos y rompamos con ellos.

Aquí hay algunas cosas que podemos hacer para conquistar nuestros miedos:

1. Admití
Tenés que ser capaz de admitir que tenés miedo. Ese es uno de los primeros pasos. Es un sentimiento. Es normal. El miedo nos sirve, y tiene su lugar. Si estás sentado en el campo y ves a una víbora como a dos metros tuyo, seguramente y a pesar de que tengas miedo, reaccionarás y correrás.
Vos podés andar por la vida diciendo que tenés miedo a las víboras, pero honestamente, no sos tan tonto como para no reaccionar.

2. Identificá
¿Qué te asusta? ¿A qué cosas les tenés miedo? Hacé una lista. Intentá saber cuáles son y analizalas. ¿Por qué tenés ese miedo? ¿Qué tan probable es que en tu día a día debas enfrentar dicho miedo? Identificá la causa del miedo. Identificá a qué edad comenzó. Identificá bajo qué circunstancias emocionales aparece. Observa el por qué.
Tal vez tu lista sea un poco parecida a lo siguiente:

Tengo miedo a ser asaltado.
Tengo miedo a la oscuridad.
Tengo miedo a quedarme sola.
Tengo miedo a que me deje mi marido.
Tengo miedo a las ratas.
Tengo miedo al fracaso.
Tengo miedo al éxito.
Tengo miedo al cambio.

3. Aislate
Determiná varias cosas sobre tu miedo. Por ejemplo, ¿Es un miedo al fracaso? ¿Es un miedo al rechazo? ¿Es un miedo a que se repita algo que ya viviste? ¿Es un miedo que alguien te sembró? ¿Cuál es la causa? Comprendé qué es lo que está pasando.

4. Desarrollá un plan
Trabajá en un miedo cada semana. Pequeños cambios suman una gran diferencia en tu vida. Comenzá a trabajar en vos mismo. Observá tu lista y comenzá a trabajar sobre ella. Andá detrás de tus miedos. Trabajá un poco cada día.
No quiere decir que si tenés miedo a las ratas, vayas y compres cientos para encerrarte en tu habitación con ellas. Bastará con que veas fotografías en internet y comiences a "razonar" en las posibilidades de que debas enfrentar a una o varias ratas.
Lo mismo si tu miedo es a que te abandone tu marido, no de trata de que le pidas el divorcio, se trata de que analices realmente qué tanto en tu vida diaria hacés sola y qué tanto realmente compartís con él. Descubrirás que la mayor parte del día estás y hacés las cosas solas, porque aún estando él, cada uno está en sus cosas.

5. Fuente Espiritual
Cualquiera que sea tu fuente espiritual, aquello que te brinda paz, traelo a tu miedo. Es importante que descubras que siempre hay un poder que cuida de vos, que está para acompañarte.
Conectate con ese ser espiritual y date cuenta de que el Universo está trabajando para vos. Aferrate a eso para ayudarte a combatir tus miedos.

6. Hablá
Hablá con tus amigos, vecinos o conocidos de tus miedos, escuchá opiniones, pediles que te ayuden a superarlos.
Asegurate de que sean personas sensatas, coherentes y leales.
Una gran mayoría de las personas que nos rodean son débiles emocionales, personas tóxicas, superficiales, que en nada te ayudarán.
Hablar de tus miedos hará una gran diferencia.

7. Meditá
Fluí con la espiritualidad y dejá ir el estrés hacia ella. Entrá en contacto con el silencio, apaciguá tu mente, descubrí tu verdadera esencia y confiá en un poder superior. Es importante que dejes ir el miedo cuando medites. La confianza es el poder más alto. Y meditar, te aleja de pensamientos obsesivos sin provecho alguno.

8. Tomá Acción
Cuantas más acciones tomes más cosas ocurrirán. Tenés que tomar acción e ir detrás del miedo. Como dice el Dr. Dyer: “La Evidencia Falsa parece Real”.
Muchas personas tienen miedo de cosas a las que jamás se han enfrentado, se han dejado llevar por opiniones de los demás, miedos de los demás. Por ejemplo, si toda tu vida has escuchado a tu papá decir que hay que tenerle miedo a nadar, que nadar es peligroso, es hasta entendible que él jamás te haya inscripto en una escuela de natación. Vos creés que el miedo a nadar es tuyo y no lo es, es de tu padre y ese es "su problema", no el tuyo. Así que intentá aprender, probar o hacer cosas, que te den miedo probar por causa de terceros.

No temas al cambio!

“¿Cómo se puede eliminar un miedo completamente? La respuesta es: “comprendiendo y reconociendo la verdadera fuente de poder”. Podemos eliminar el miedo si lo reconocemos y somos capaces de dejar ir y entregarse a ese poder. Este es el por qué yo estaba mencionando la conexión espiritual, porque ella te permitirá disipar tus miedos, moverte hacia ellos y sobreponerte a ellos.

“Si te animás a cambiar, liderarás tu vida. Si aceptás el cambio, sobrevivirás. Resistite al cambio y morirás en vida. Tantas personas tienen miedo al cambio que terminan haciendo lo mismo una y otra vez. El cambio es vida. Abordalo. Definí tus metas y cambiá tus rutinas diarias/semanales. En unos pocos meses verás los resultados garantizados”.

Tenemos tanto miedo al cambio. Somos tan miedosos, que no lo abordamos. No vamos tras él. No comprendemos que estamos siendo retenidos a no ir tras las cosas que queremos en nuestras vidas. No nos damos cuenta de cuán importante es esto, porque estamos tan asustados de cosas que no son reales.

¡Es momento de vivir nuestras vidas sin miedos! Avancemos.
Cuanto más aprendamos a desafiarlos, más aprenderemos a ir tras las cosas que deseamos.

Texto: Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.