26 de junio de 2018

Soltar con amor


¿Suena fácil verdad? Pues no, no lo es.

Cuando somos niños y conforme vamos creciendo, se nos va enseñando (si tenemos suerte claro), algo llamado, "tolerancia a la frustración".

Es cuando nuestros padres nos dicen claramente, que no nos comprarán esa muñeca en la tienda, porque no fuimos a comprar eso. Nosotros lloramos, gritamos y nuestros padres, tan impávidos, en total calma y paz y como si nada hubiera pasado.

Poco a poco, comenzamos a desarrollar esa resistencia, y conforme vamos creciendo, la vamos aplicando al buscar lugar de estacionamiento, porque no hay, al esperar en una fila, porque hay mucha gente; a buscar otro trabajo, porque en éste nos han dicho que no, a buscar otro color, porque el que queríamos ya se terminó, etc.

La resistencia a la frustración, es lo mismo que: "aprender a que nos respondan que no".
Sin hacer berrinche, hacer pataletas, gritar o llorar.

Cuando de niños nadie nos ha dicho que no, a nada, nos convertimos en adultos caprichosos, egoístas, vanidosos y creídos. No sabemos lo que cuesta ganarse una cosa ni cuidarla.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con dejar ir, con soltar?

Todo.

Porque en la mayoría de las ocasiones, el DEJAR IR y el SOLTAR, están relacionados con aceptar un NO.

Y lo mismo sufrimos un rompimiento amoroso, que la pérdida de una gran amistad, que la muerte de un ser querido. No aceptamos. Y ese es el gran problema.

Siempre queremos que las cosas sean a nuestro modo, y el hecho de que nos atrevamos a permitir un adiós, (alejamiento o rompimiento) de alguien a quién amamos, (amigo o pareja), va más allá de nuestro razonamiento y fuerza.

Me enfocaré en esas separaciones amistosas y sentimentales que no esperamos, que nos duelen y destruyen por completo.

Pues bien, así como no aceptamos fácilmente que alguien nos diga que no. Tampoco aceptamos fácilmente que alguien nos diga con todas sus letras, que no nos ama, que se va, que ha dejado de apreciarnos, que se mudará, que ha encontrado a otra persona, etc.
Y es ahí, cuando descubrimos de pronto, que hemos puesto, "todos nuestros huevos, en la misma cesta".

No sólo descubrimos que nuestra tolerancia a la frustración estaba débil, sino que además, abrimos los ojos para encontrarnos con un "yo", totalmente sin vida propia. Vivíamos por y para esa otra persona y no lo sabíamos.

Es por eso que cuesta tanto trabajo soltar, es por eso que lo hacemos con dolor, con coraje, recordando momentos, palabras, risas, etc.

Pero, hay algo de lo que no nos hemos dado cuenta aún, de que ese dolor no viene de nuestro corazón y de nuestro amor por esa persona. Viene de nuestro ego herido.

Por lo tanto, cuando nos cuesta tanto trabajo soltar, es porque tenemos el ego herido.
No es nuestro amor por esa persona.
Es nuestro lastimado amor por nosotros mismos.

Y no hay peor dolor en la vida (preguntale al niño que no le compran el cochecito en el supermercado), que aquel que surge cuando tu ego resulta herido.

Cuando de verdad amamos a alguien, sí es tropezón la separación, pero en el fondo, realmente deseamos que sea feliz, que viva bien, que haga lo que quiere y que logre sus metas (muy parecido a la relación que tendrías con un hermano).

Cuando no hay un interés amoroso o de otro tipo con la persona, dejar que se vaya y soltar no duele, porque no había sentimientos de por medio, (muy parecido a la relación que tendrías con un vecino que se muda).

Pero, que te diga adiós, una persona que te llenaba los días, comía con vos, paseaba con vos, iba al cine con vos, vacacionaba con vos, su familia te conocía, vos eras parte de su familia, dormían juntos, hacían todo juntos, es simplemente arrollador.

Y es justo en este momento, en que deberás apretarte el cinturón y decirle adiós desde tu gran corazón. Porque si en verdad querías o amabas a esa persona, deberás comprender su proceso y aceptarlo. Y vos tendrás que aceptar que el mucho o poco tiempo que compartió con vos, fue para algo.

Las circunstancias pueden ser muchas y muy variadas. Algunas incluyen mentiras, engaños, sorpresas, secretos, etc. Pero hacerla corta: "se fue". Y no hay más nada por hacer.

Es como una muerte sí, y deberás llevar tu proceso de duelo tranquilamente.

Aceptá que si la vida te ha puesto en esta situación, no es por maldad, es porque necesitabas vivir algo así de fuerte, para cambiar. Para dejar de ser egoísta, para dejar de soñar en el aire, para ser más independiente, para probar tu fortaleza, etc.

Dejá ya de luchar contra ese ego herido y olvídate de las promesas inclumplidas.
Dejá ya de amenazar a la otra persona con que vos estás muy mal, con pedirle que regrese, con prometerle que cambiarás.

Sos el mismo niño o niña en el supermercado, que traía abrazado al osito por dos horas y daba por hecho que te lo comprarían porque "lo amabas". Pero no, has llegado a la caja, y te han dicho que no hay más osito.

De verdad que aunque te tires al piso berreando, rompas cosas, llores, grites, no comas, te ensucies, hagas lo que hagas. No habrá osito.

En tu paz, conciencia y coherencia, podrás descubrir entonces, que la vida, no es ese osito. Y que si no te lo han comprado, es porque así debía ser.

Lo recordarás tal vez, toda tu vida, pero una cosa es segura, tal vez hasta finalices aceptando que a vos ni te gustan los ositos.

Revisá en tu corazón, Revisá bien a fondo, y descubrí que si esa persona se hubiera quedado, no habría funcionado. Tanto vos como la otra persona se desvivían por aparentar que todo iba bien y no era así.
No era tan bueno o buena como vos creías.
Te comprendía a medias pero la otra mitad, eran diferencias. Estaba, pero realmente no estaba para vos.

Abrazate a vos mismo con mucho amor y dejá de luchar contra eso que ya no volverá.
Aceptá que ha sido un regalo de Universo, que es lo mejor para vos, y dejá los berrinches de lado. Duele, sí, y mucho. Dan ganas de llorar, sí, y muchas.

Disfrutá de ese dolor y de esas lágrimas, levantá la mirada y seguí adelante.

Dejá ir con amor, soltá con amor y llená ese espacio con nuevos sueños y metas para vos.
Con fortaleza, confianza para continuar adelante. Perdoná a esa persona que se fue y perdonate vos por haberte afectado tanto.

Recordá que en el mundo hay muchos supermercados y no sólo hay ositos!

Nanci Puertas
Terapeuta Holístico.
Biodecodificadora - Maestra de Reiki
Namaste, Terapias Complementarias
Amenabar 1213 5to B
3415830570