11 de junio de 2018

Esas historias que se repiten en nuestra vida una y otra vez


A muchos nos pasa, hay historias que parecen perseguirnos, guiones que ya sabemos de memoria y que aparecen en nuestra vida una y otra vez, en sitios diferentes quizá, con personas diferentes tal vez, en momentos distintos, pero con dolores, dudas y dilemas exactamente iguales.

Nuestra vida se convierte en un círculo vicioso que ya sabemos de memoria, un carrusel tortuoso, un deja vu permanente, una película de una sola escena.

¿Porqué? Nos preguntamos. ¿Porqué nuevamente estoy viviendo la misma situación, la misma circunstancia? ¿Porqué me llegó el mismo tipo de persona? ¿Porqué la misma relación, la misma infidelidad, o la misma pérdida?

Ante situaciones así, sólo una cosa debemos comprender: CUANDO EL MENSAJE HA SIDO RECIBIDO, EL MENSAJERO SE RETIRA, por tanto, si el mensajero aún no se ha retirado y vuelve a nuestra vida, entonces no hemos comprendido aún el mensaje.

Cada situación, evento, obstáculo, contradicción o reto que se nos presente en la vida es un mensajero y trae un mensaje. Nuestra misión es recibir el mensaje, comprenderlo, asimilarlo e integrarlo. Si nos hacemos los ciegos y los sordos a dichos mensaje, el mensajero, cumplidor de su deber, seguirá tocando nuestra puerta, incesantemente.

Dejá de preguntarte porqué la situación se repite, preguntate más bien, qué necesitás ver en dicha situación. Mirala bien, no te distancies, no cierres los ojos con rabia, no anudes tu garganta, no grites para no escucharla. Al contrario, hacé silencio y ESCUCHÁ realmente el mensaje que la situación trae. Dejá de apretar tus puños y abrazala y preguntale ¿Qué has venido a enseñarme que no he querido aprender?

Observá la situación y observá a quien la trae desde la consciencia, no son enemigos, sólo mensajeros. Observalos sin condena, te traen el regalo de la comprensión de algo que tu espíritu necesita integrar. Mirá un rato afuera, sin juicio, sin rabia, sólo así podrás ver qué pasa dentro. Esta situación repetitiva es generada por tu negación a aprender de ella, por tu resistencia.

Hasta que no integres la experiencia esta no se irá. Hasta que no comprendas el mensaje que tu mensajero (pareja, amigo, enemigo, compañero, jefe, etc) porta, este seguirá inevitablemente tras tus huellas con la fidelidad de un perro guardián.

Abrí los ojos, ninguna situación te persigue, sos vos quien no la suelta.