13 de agosto de 2018

Enfermedad y perdón


En "Un curso en milagros" se nos dice que «Toda enfermedad proviene de no haber perdonado algo», y que «Cada vez que enfermamos, debemos mirar a nuestro alrededor para ver a quién tenemos que perdonar.»

A esta idea añadiría yo que la persona a quien más difícil se nos hace perdonar es aquella misma de quien más necesitamos liberarnos. Perdonar significa renunciar, dejar en libertad. No tiene nada que ver con ningún comportamiento externo, es simplemente no seguir aferrado a algo. No es necesario que sepamos cómo perdonar, lo único que hace falta es que estemos dispuestos a hacerlo, que de los xcomo" ya se encargará el Universo.

Aunque entendemos tan bien nuestro dolor, qué duro nos resulta a casi todos entender que ellos, sean quienes fueren esos que más necesitamos perdonar, también sufrían! Es necesario que entendamos que estaban haciendo lo mejor que podían con la comprensión, la conciencia y el conocimiento que tenían en aquel momento.

Cuando alguien viene a mí con un problema, no me importa de qué se trata, ya sea mala salud, falta de dinero, relaciones insatisfactorias o una creatividad sofocada, yo siempre trabajo sobre una sola cosa, que es el amor a sí mismo.

He comprobado que cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos aceptamos y aprobamos exactamente tal como somos, todo funciona bien en la vida. Es como si por todas partes se produjeran pequeños milagros. Nuestra salud mejora, atraemos hacia nosotros más dinero, nuestras relaciones se vuelven más satisfactorias, y empezamos a expresarnos de manera más creativa. Y parece que todo eso sucediera sin que lo intentásemos siquiera.

Si uno se ama y se aprueba a sí mismo, creándose un espacio mental de seguridad, confianza, mérito y aceptación, eso aumentará su organización mental, creará más relaciones de amor en su vida, le traerá un trabajo nuevo y un lugar nuevo y mejor donde vivir, incluso le permitirá normalizar su peso corporal. Las personas que se aman a sí mismas, y que aman su cuerpo, no abusan de sí mismas ni de los demás.

Aprobarse y aceptarse a sí mismo en el ahora es el primer paso hacia un cambio positivo en todos los ámbitos de la vida.
El amor a nosotros mismos, tal como yo lo veo, comienza por no criticarnos jamás por nada. La crítica nos inmoviliza en la pauta misma que estamos intentando cambiar, entendernos y ser amables con nosotros mismos nos ayuda a salir de ella. Recordá los años que has pasado criticándote sin resultado alguno. Hacé la experiencia: aprobate, y mirá qué es lo que sucede.

"En la infinitud de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero. Creo en un Poder mucho mayor que yo, que fluye a través de mí en cada momento del día. Porque sé que en este Universo hay solamente Una Inteligencia, me abro a la sabiduría interior. De esta Única Inteligencia provienen todas las respuestas, toda curación, todas las soluciones, toda creación nueva.

En ese Poder y esa Inteligencia confío, sabiendo que todo lo que necesito saber se me revela y que todo lo que necesito me llega en el momento, el lugar y el orden adecuados. Todo está bien en mi mundo."

La conciencia es el primer paso hacia la curación o el cambio.
Cuando llevamos algún modelo mental profundamente sepultado en nuestro interior, para poder curarnos debemos empezar por tomar conciencia de ello. Quizás hablemos al respecto con alguien, o veamos aparecer el mismo modelo mental en otras personas. De una manera o de otra, emerge a la superficie, nos llama la atención y empezamos a tener alguna relación con ello. Con frecuencia, atraemos hacia nosotros a un maestro, un amigo, una clase, un seminario o un libro que comienza a sugerirnos maneras nuevas de abordar la disolución del problema.

Ahora es el momento de reconocer nuestra responsabilidad por haber creado esa situación o ese estado. No estoy hablando de sentirse culpable, ni de que nadie sea una «mala persona» por estar donde está. A lo que me refiero es a reconocer ese «poder interior» que transforma en experiencia cada uno de nuestros pensamientos. En el pasado, sin saberlo, usamos ese poder para crear cosas que no queríamos experimentar, porque no nos dábamos cuenta de lo que hacíamos. Ahora, al reconocer nuestra responsabilidad, tomamos conciencia de este poder, y aprendemos a usarlo conscientemente de manera positiva y en beneficio nuestro.

Amate tal como sos, y amá todo lo que hacés. Reíte de vos mismo y de la vida, y nada podrá afectarte. Al fin y al cabo, todo es temporal. Seas como seas, en su próxima vida lo harás todo de diferente manera, así que, ¿por qué no empezar ahora?

Podría leer alguno de los libros de Norman Cousms, que riéndose se curó de una enfermedad mortal. Lamentablemente, no cambió los modelos mentales que le provocaron aquella enfermedad, de modo que acabaron creándole otra. Y, sin embargo, ¡también de la segunda se curó riendo!
Son muchas las formas en que podés abordar su curación. Intentalas todas, y después usá las que más atractivas te parezcan.

Por la noche, cuando te acuestes, cerrá los ojos y agradecé todo lo que hay de bueno en tu vida.

Tu gratitud le traerá más bendiciones.

No escuches las noticias por la radio ni veas el noticiero antes de acostarse. No contamines tus sueños con una lista de desastres. Al soñar hacemos un importante trabajo de limpieza, y vos podés pedir al mecanismo del sueño que te ayude con cualquier cosa en la que estés trabajando.

Con frecuencia, a la mañana siguiente recibirás una respuesta.

Andá a acostarse en paz. Confiá en que el proceso de la vida está de tu parte y ocupate de todo para tu mayor bien y tu máxima alegría.

(Fragmento L. Hayse)
Libro completo: Acá