5 de agosto de 2018

No interfieras en las emociones de los demás


Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en el momento presente.
Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo.

Mantenete presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permití que todas esas energías salgan a la luz, dejá que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, dejá que lloren, griten, rujan, rían, que se caguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quedate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Tomá su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras.

Si comenzás a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para “sanarlos“ o “salvarlos“, o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca “bien”, aceptalo – es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que vos crees que son. Honrá el poder que se mueve dentro de ellos; validá su experiencia, absolutamente. Confiá en la impredecible inteligencia del sanar, y sabé que sus “síntomas“ podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse.

Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado.

A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permití que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recordá que lo que realmente son jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error.

"El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo".